jueves, 20 de abril de 2017

Refugio en la nieve

Acampar en la nieve puede ser en invierno la mejor manera de pasar la noche, si se da la circunstancia de que por cualquier motivo no hemos podido regresar a tiempo a la tienda para pernoctar. Tomando unas mínimas precauciones podremos sobrevivir a las bajas temperaturas, ya que la nieve es un excelente aislante.
Un pequeño equipo de emergencia consistente en una manta aluminizada, una pala de plástico - las hay muy ligeras y sin mango, que se adaptan al bastón de trekking - una vela que caliente el habitáculo que será nuestro abrigo y una ración extra de comida, nos facilitara las cosas. Prevenir que la ropa no se moje por el contacto con la nieve o debido al exceso de sudoración nos ayudara a evitar una hipotermia.
Lo primero que haremos será elegir el lugar en el se ubicara el refugio. Trataremos de evitar los lugares expuestos a las avalanchas. Cuando este decidido comenzaremos a trabajar sin dilación para terminar cuanto antes. Algunos árboles, en particular las coníferas, son similares en las zonas más cercanas al suelo a un paraguas abierto. Un lugar perfecto en el que cobijarse. Cavaremos hacia la base del tronco, en busca de las cámaras de aire que se suelen formar a su alrededor. Limpiándolas y adaptándolas a nuestro tamaño aprovecharemos la protección de las ramas y la nieve para preparar el vivac. Otra opción es hacer una zanja en la nieve, quizás detrás de un montículo o de unas rocas para estar más resguardados. En su interior tallaremos, a lo largo de una de las paredes, un hueco - una especie de nicho - que será el espacio que servirá de habitación para tendernos, evitando así el impacto directo de la posible helada. Si no es posible podemos hacer con ramas, nieve y los bastones un techo, y tumbarnos en el fondo. Otra posibilidad viable es la de fabricar un rustico iglú. Si participan en su construcción varias personas se realiza en poco tiempo. El proceso es el siguiente:  

1.
Primero se hace un montón de nieve y sin compactar se ponen encima las mochilas cubriéndolas a continuación con mantas aluminizadas. Seguidamente, tapamos todo con una gruesa capa de nieve y la compactamos bien con la pala o golpeando con las manos. Es el momento de abrir un túnel hacia las mochilas.
2.
Sacándolas y vaciando la nieve sin compactar que quede debajo, se obtendrá un espacio que podremos agrandar cavando en el suelo, hasta adaptarlo al tamaño que necesitemos.

La cueva en la nieve es la mejor solución para pasar la noche, nos protege del viento y del frío. En su interior la temperatura bajara muy poco de los 0º C. El aspecto más problemático es que se precisa de un notable grosor de nieve para su construcción. Si es escaso hay que buscar en lugares en los que pueda acumularse: hondonadas etc.
Se cava de cara a la pendiente, profundizando en ella. Después, se amplia la cavidad haciéndolo a cada lado de la misma. El techo debe ser liso y estar inclinado hacia la puerta para evitar el goteo. Delante de la puerta se puede levantar un muro que frene la entrada del viento, pero sin bloquearla. En la parte de dentro justo a la entrada, un pequeño foso acumulara el aire frío, más pesado que el caliente. Ventilar la cueva es fundamental. Haremos agujeros - a los lados y en oblicuo para minimizar la perdida de calor - que fuercen una mínima corriente de aire con la entrada.

Refugio en la Nieve
Este refugio esta hecho en la nieve alrededor de un árbol. Se ha retirado la nieve  y  para evitar que se
desmorone se ha compactado golpeándola con una pala u otro elemento. Posteriormente se instala en su periferia un paracaídas o mantas térmicas. En la parte superior se ha instalado una rama que al bajarla cierra la entrada, que hace las veces de techo del refugio. Se han dejado algunas ramas en el fondo que sirven como asiento.
Acampar en la nieve con tiendas, requiere que esta sea de alta montaña ya que están diseñadas para recibir y dejar caer la nieve. Otro tipo de tienda tienen techos poco inclinados insuficientes para dejar caer la nieve, por lo que deberás quitarla a golpes. Además no hay que olvidar que el peso de la nieve puede quebrar los parantes o palos de tu tienda.
Abre las ventanas de tu tienda hasta con nieve. Sin una ventilación adecuada, el vapor de agua de la respiración y el aliento se condensará y podría nevar sobre los acampantes dentro de la misma tienda.

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